El Trastorno Obsesivo Compulsivo es uno de los cuadros sintomáticos que más quebraderos de cabeza da a quienes lo padecen.
Se caracteriza por la aparición constante de pensamientos, sentimientos e imágenes egodistónicas ( que están en conflicto o son disonantes con las necesidades y valores del ego, poniendo en jaque la autoimagen de quienes los padecen).
Son de naturaleza no elegida y contraria a quienes somos o queremos ser por lo que generan muchísimo malestar.
las estrategias de huida, evitación o neutralización son las que terminan cronificando este problema. A esto es lo que llamamos las conductas compulsivas que de manera impulsiva intentan reducir la ansiedad que generan las obsesiones.
Aquí la psicología barata y chamánica tipo “somos lo que pensamos y sentimos” hace mucho daño. Para estas personas es justo el proceso contrario, tienen que encontrarse con sus valores para darse cuenta de que los pensamientos que tanto intentan evitar no son más que eso, pensamientos.
Algunos ejemplos de obsesiones que generan malestar y compulsiones que intentan neutralizarlo:
- Veo una imagen sobre un posible accidente, la mente me dice ” si tocas el interrruptor de la luz 15 veces, no pasará nada”
- Tengo el pensamiento de hacer daño a mi hijo, esto me horroriza e intento neutralizarlo apartándome de él y guardando todos los elementos que puedan ocasionar algún daño.
- Tengo el pensamiento de poder coger algún virus por haber tocado las cosas que me rodean, me lavo las manos 10 veces seguidas.
Muchas veces se precisa un abordaje multidisciplinar con apoyo farmacológico. La terapia persigue conseguir que la persona no tema a los fenómenos internos de la mente: pensamientos y emociones, de tal manera que la exposición a los mismos no precipite la respuesta de escape. Un enfoque mindfulness se ha demostrado eficaz para reducir el malestar de la persona ante la exposición co prevención de respuestas.
El TOC, es un trastorno muy serio y muy incapacitante, no dudes en ponerte en manos de profesionales.