La comida juega un papel clave en nuestro estado emocional, en pleno siglo XXI bien por exceso como por defecto, hemos dejado de alimentarnos correctamente. La comida también se ha convertido en un producto de consumo masivo, de preparación e ingesta rápida, con apariencia bonita y cada vez menos nutrientes, sin embargo, lejos de esta rutina alimentaria globalizada y manipulada uno tiene que hacerse consciente de que somos lo que comemos, por lo que en la medida de lo posible tenemos que escuchar más a nuestro cuerpo y menos a la publicidad de las grandes superficies.
Para logar restablecer un buen equilibrio en tus hábitos alimenticios os recomendamos una serie de consejos:
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Interésate por lo que te metes en la boca. Lee los ingredientes de los productos, si hay más de 2 ingredientes que desconoces, desconfía. Como ser humano libre tienes derecho a saber lo que compras y consumes.
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Infórmate también de los productos de temporada, e intenta en la medida de lo posible comprar productos ecológicos.
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No vayas al supermercado con hambre, esto hará que compres más comida basura que realmente no necesitas.
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Hazte un menú semanal,un horario de comidas y una lista de la compra teniendo en cuenta el menú anterior.
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No abuses de la carne, las grasas y los fritos. En su lugar come más cereales integrales, verduras y frutas, crudas a la plancha, cocidas o al vapor.
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Escucha a tu cuerpo, no todos los alimentos nos sientan a todos igual.
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Come despacio, haciéndote consciente de cada bocado, saboreando la comida como si fueses un extraterrestre que prueba por primera vez un alimento humano, déjate sorprender por la rutina.
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Tu cuerpo necesita hidratarse por dentro, bebe agua , zumos naturales y/o infusiones. Evita los refrescos y el alcohol.
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Cuando tengas un antojo párate un instante antes de asaltar el frigorífico, pregúntate si realmente tienes hambre o es un estado emocional alterado quien te pide utilizar la comida para relajarte. Intenta no utilizar la comida como un medio de escape de problemas emocionales alterados, corres el riesgo de instaurar esta conducta como hábito para manejar tu malestar y esto no soluciona a largo plazo el verdadero conflicto sino que agrava la sensación de descontrol y baja la autoestima. Cuando te encuentres en una situación así, intenta identificar que te sucede, no huyas de ti mism@, acepta ese estado y trátate como si fueses tu mejor amigo, las emociones son transitorias por lo que tarde o temprano pasará. Utiliza estrategias adaptativas, bebe agua, haz unas respiraciones, queda con algún conocido para distraerte, haz deporte..etc.
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No caigas en la rutina del “algo rápido, algo malo” , busca alguna receta elaborada semanalmente, invita a alguien a degustarla y disfruta en compañía del manjar.
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NO restrinjas comida, cuando comes sano, no es necesario que comas poco. Cambia el estilo no la cantidad. El problema de las dietas es que la gente pasa hambre y es sometida a prohibiciones que por naturaleza humana nos hacen ver lo restringido más atractivo. Date de vez en cuando un capricho.
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El ser humano come por los ojos, hay mil maneras de cocinar sano y rico, vivimos en la era de la información, busca y encontrarás recetas hipocalóricas, nutritivas y riquísimas.
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Haz deporte y medita. Al ejercitar nuestro cuerpo nos apetece cuidarnos, nuestro cuerpo nos pide comer más equilibrado. Meditar diariamente nos ayuda a tomar consciencia sobre nosotros mismos y no dejarnos atrapar por los estados emocionales.
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Sé agradecido, la comida es un bien común muy escaso en otras partes del mundo. Siéntete afortunado por poder degustar tantos sabores todos los días.
¿qué receta, sana, rica y nutritiva vas a comer hoy?