Cuando hablamos de EMDR (Eye Movement Desensitization and Reprocessing), en español, Desensibilización y Reprocesamiento por Movimientos Oculares no solo hablamos de una técnica psicológica ocular. En la actualidad el método EMDR, es una metodología compleja que incluye muchos componentes y muchos tipos de estimulación, no sólo la ocular:
Lo curioso, como técnica es que se basa en la estimulación alternada de los dos hemisferios cerebrales, lo cual ayuda a integrar en una narrativa no fragmentada los eventos traumáticos. Se hace reprocesando las escenas traumáticas de manera simultanea a través de varios componentes claves:
- Input sensorial: las imágenes de las escenas traumática o dañina
- Cognición negativas: asociadas y cristalizadas en el suceso sobre uno mismo, los otros o el mundo
- Emociones perturbadoras
- Sensaciones físicas que se activan en el cuerpo secuestrando la calma.
Aunque hay varias hipótesis que buscan explicar por qué es tan eficaz EMDR, la investigación parece apuntar a que la estimulación interhemisférica provoca una respuesta condicionada de relajación al activarse el sistema parasimpático ,inhibiéndose la respuesta de lucha-huida y favoreciendo una respuesta exploratoria más adaptativa, además se sincroniza la actividad de los 2 hemisferios cerebrales ayudando al procesamiento emocional de las escenas fragmentadas.
Lo interesante del método EMDR es que éste se nutre de muchas corrientes psicológicas:
- Psicoanálisis: Precursor de las ideas de que la mayoría de los traumas nacen de experiencias tempranas.
- Terapia conductual: Pone el foco en el estudio causal de los síntomas y las respuestas condicionadas
- Terapia cognitiva: Creencias y esquemas que distorsionan el modo que se procesa la información.
- Terapias basadas en experiencias: Ponen el foco en lo emocional
- Hipnosis: se basan en imágenes sugestivas
- Terapia sensorio motriz: sensaciones-cuerpo
- Teoría de sistemas: comprensión contextual
- Terapias contemplativas: aceptación y entrenamiento atencional.
El abordaje EMDR es uno de los modelos más punteros en el abordaje integral de la patología psicológica.
Parte de la base de que hay sucesos de la vida, que por sus características dañinas para el aparato psíquico, no se han podido integrar de una manera sana en la narrativa del cuento autobiográfico de la vida.
Las personas contamos con una lista bastante larga de mecanismos de defensa, estrategias psicológicas inconscientes que ponemos en marcha para salvaguardar el auto-concepto que deseamos mantener. En un primer momento, los mecanismos de defensa, pueden ayudarnos a huir del malestar sufrido, pero a la larga no ser conscientes de ellos nos restan calidad de vida.
Podemos diferenciar diferentes tipos de trauma y en función de que tipo sean, el abordaje terapéutico será más sencillo o más complicado, más corto, o más largo. En eventos traumáticos el mecanismo de defensa por excelencia es la disociación, que consiste en separar elementos de nuestra historia que son excesivamente perturbadores para el “yo”. Es como perder fichas concretas de un puzzle. La consecuencia es que el cuadro de la vida queda desfigurado, incomprensible y las fichas escindidas tarde o temprano dan la cara inundando a la persona con sintomatología que no puede manejar: flashback intrusivos e involuntarios, pesadillas, ansiedad, miedo, rabia intensa y desmedida, culpa, vergüenza, despersonalización, desconexión social, pérdidas de memoria, apatía, evitación vital…..Estos síntomas en mayor o menor intensidad conforman un cuadro psicológico llamado TEPT, Trastorno de Estrés Postraumático, documentado por primera vez en los supervivientes de los veteranos de guerra.
EMDR busca a través de su modelo de trabajo integrar a la persona. Estar Integrados, (una frase que me encanta, y utilizo con bastante asiduidad) significa que el sistema psíquico funciona como una unidad flexible, con capacidad de adaptarse, encontrar coherencia entre lo que se piensa, siente y se hace, tener la suficiente energía vital para hacer las cosas, sin entrar en pánico ni quedarnos bloqueados, sintiéndonos por lo tanto estables con nosotros, pero sobretodo con los demás. En un estado óptimo de integración nos sentimos conectados a nivel social, sin necesidad de escapar o atacar ni de replegarnos sobre nosotros mismos.
EMDR consta de varias fases, que puedes conocer aquí, las cuales son importantísimas y hay que trabajarlas bien para que la estimulación bilateral tenga un efecto positivo sobre la persona.
“Casi no podemos soportar mirar. La sombra puede incluir lo mejor de la vida que no hemos vivido. Ve al sótano, al ático, al cubo de la basura. Encuentra oro allí. Encuentra a un animal que no haya comido o bebido. ¡Eres tú” Ese animal abandonado, exiliado, hambriento de atención es parte de ti mismo”.
Marion Woodman
A través de EMDR podemos ir juntos al sótano, a rescatarte de las cosas que no has podido contarte.