Cada uno de nosotros tiene una serie de características y aptitudes que favorecen que aprendamos mejor y con mayor rapidez unas habilidades que otras.
De igual manera, los niños también aprenden mejor unas tareas que otras y a ritmos diferentes.
Cuando los niños empiezan su escolaridad, es normal que lleven distintos ritmos de aprendizaje. Lo importante es detectar si nuestro hijo presenta retrases “normales” o, por el contrario, su ritmo nos puede hacer sospechar que aparezcan mayores dificultades en un futuro.
Las dificultades del aprendizaje y, entre ellas, la dislexia, se pueden empezar a detectar en la Educación Infantil y al inicio de Educación Primaria. Los profesores suelen definir a estos niños como “un poco lentos”, “despistados” o “inmaduros”.
Resulta de gran importancia tener las claves para detectar cuándo estamos ante un problema de aprendizaje y, de esta manera, solicitar la evaluación e intervención por parte de un profesional.
Algunas señales de alarma que pueden hacernos sospechar que nuestro hijo tiene una dificultad del aprendizaje son:
- El niño rinde por debajo de lo esperado para su edad, escolaridad y cociente intelectual. Es importante señalar que trastorno del aprendizaje no es sinónimo de baja capacidad intelectual.
- Entre los 2 y 3 años se observan alteraciones en el lenguaje (problemas de articulación y pronunciación, adquisición de escaso vocabulario…) y es algo torpe en sus movimientos.
- Entre los 3 y 6 aparecen dificultades viso- perceptivas y en la motricidad fina (dibujar, abrochar un botón, atar los cordones…), le resulta difícil recordar la letra de una canción, contar un cuento en orden o aprender aspectos temporales como los días o las horas.
- Entre los 6 y los 12 aparecen los problemas escolares y las dificultades relacionadas con la lecto-escritura y matemáticas. Su lectura es poco fluida y comete errores, siendo incapaz de comprender lo que acaba de leer. Al escribir comete errores, sustituye letras, las omite, une palabras que deberían ir separadas o separa las que deberían ir juntas. En Matemáticas, confunde los signos y obtienen malos resultados debido a que no comprenden el enunciado.
- Se distrae con facilidad y le cuesta centrarse en la tarea o permanecer sentados de manera que no termina la tarea a tiempo.
Si tu hijo presenta alguno de estos síntomas de forma aislada, no hay motivo para sospechar que exista alguna dificultad del aprendizaje.
No obstante, si identificas más de una y el profesor te informa de la lentitud del niño en comparación con el resto de alumnos de la clase, es recomendable consultar un especialista.
María Huertas, psicóloga y orientadora.